Obras son amores y no buenas razones

¡Y llegó el viernes! Núria finalmente no pudo venir, le surgió un imprevisto pero me pidió que narrase cómo había ido así que a ello me pongo. No sé si mi capacidad descriptiva será lo suficiente buena como para que ella y los demás os podáis hacer una idea pero colaborad un poquito y echadle algo de imaginación.

Me levanté mejor que los días anteriores y, en previsión de que tenía que acudir a la inauguración del cole de mi Santi, me reservé todo lo que pude. Para eso, mi hermana tiene acuñada la expresión meterse en salmuera. Así que me metí en salmuera con el fin de llegar fresquita al acto.

A las 12 me había citado con Candi, así llegaríamos antes que los demás al cole y podríamos estar un ratillo con Santi y compañía antes de que llegasen los invitados.

Candi y yo íbamos a ciegas, ninguna sabía dónde estaba la escuela, teníamos referencias de otros edificios próximos a ella y eso fue lo que nos ayudó a encontrarla. La escuela es pequeña, de hecho sólo consta de dos módulos prefabricados, blancos, impolutos, cercados por una valla. Dos pequeños patios a ambos lados de los módulos le dan otra vista. El patio principal tiene dos bancos de madera y un par de columpios. Entre el patio y los módulos un largo porche.

A pesar de ser módulos prefabricados ya quisieran muchas escuelas tener tantos detalles. Mosquiteras en todas las ventanas para impedir el paso de cualquier insecto, protectores en las puertas para impedir que los niños se cojan los dedos…

La sala de profesores es grande, la utilizan también como sala de informática, creo recordar que tiene cuatro ordenadores pero este detalle se me pasaría. El despacho es amplio y tiene dos mesas que comparten el director, el jefe de estudios y la secretaria. Recordé los tiempos en que los tres compartíamos despacho y, a pesar de los malos momentos vividos, lo que me vino a la mente fueron las risas, la complicidad, el cariño de los achuchones y los besos que nos dábamos para paliar el acoso al que nos vimos sometidos. Pero esa es otra historia. 

Candi y yo llegamos incluso antes de que los niños saliesen de clase. Nos recibió el conserge y cuando le comunicamos que queríamos ver al director nos dijo que estaba en clase, que esperásemos un momento. Pero como a chafadera no me gana nadie, asomé la nariz por uno de los módulos y allí estaba él, con los alumnos en fila preparados para salir pero al vernos se dirigió a nosotras y nos abrazó efusivamente, como suele hacer siempre. Núria, ¡ya lo conoces!

Nos enseñó la escuela con la ilusión de quien enseña Las Meninas en el Prado o la Monalisa en el Louvre. Un claustro de cinco personas es un claustro pequeño, pero ¡qué claustro! gente competente y personas, muy personas.

Cuando salimos de los módulos hacia el porche encontramos una larga mesa preparada con un mantel granate completamente cubierto por bandejas de aperitivos. Al fondo otra mesa con las bebidas, nada de alcohol, básicamente refrescos y agua.

A partir de la una empezó a llegar la gente, hay que tener en cuenta que los alumnos de primaria salen a esa hora. Reconocí a dos directoras. Por supuesto nadie vino de donde tú y yo sabemos, porque Loli, que sigue como siempre, vino a título de amiga. Pero, claro ¿con qué cara se hubiesen presentado allí alguna de esas ruines o de sus secuaces? Ni siquiera informaron al claustro del acto. Eso se llama filtrar información, ya sabemos que todo aquello que no interesa lo archivamos en la P de papelera.

Agustín no pudo venir, se tomó un respiro con su mujer en uno de sus descansos de la quimio y se marchó fuera a pasar el fin de semana.

Por supuesto vino Amalio que estaba arrebatador, ya sabemos que él saca sus mejores artes cuando quiere y proyecta su don de gentes que no es poco.

Estando allí me llamó Paco por si quería que me viniese a buscar, sabe lo jodida que ando y es un amigo. Me encantó verlo y oir lo mucho que me echa de menos en la escuela.

Allí estuvo Leo a la que Santi le arrebató a Begoña, cosa que no le perdona, pero que está contenta de que ambos estén juntos y que me hubiese gustado que te conociera.

Hubo mucha gente. Salvo los inspectores, la junta del AMPA y la regidora que vinieron a nivel institucional, creo que todos los demás asistentes vinieron por el aprecio que tienen a esos cinco temerarios en especial al jefe de semejante tribu.

Tuve que sacarme una silla y sentarme, ¡con lo buena que estoy y lo poco que se nota! Como aún conservo algo de vanidad, cuando pasamos al aperitivo no quise estar sentada, a pesar de que Maragda se ofreció a llevarme una silla, y claro, luego lo pagué en carne, con unos terribles dolores que incluso me obligaron a perder la compostura y desabrocharme el sujetador.

Santi estuvo perfecto en su papel de anfitrión, contento, o al menos eso es lo que yo percibí. Hacia las dos y media todos aquellos que tenían clase salieron escopeteados y allí quedamos los anfitriones, la inspectora, los afortunados que libran la tarde de los viernes y una servidora que tienen licencia por enfermedad. Entonces nos ofrecieron un café que tomamos en la sala de profes acompañado por bizcochos. A las tres de la tarde cada mochuelo se fue a su olivo, que por poco tienen que decirnos aquello de vamos a trabajar que esta gente querrá irse.

Lo pasé bien, se te echó de menos y yo llegué a casa y me metí en la cama. De la cama al sofá y así me dieron las 9, hora en la que llegó Antonio que me encontró más pa allá que pa acá y sin cena. Pero ¿sabes? obras son amores y no buenas razones.

I conte contat, conte acabat.

5 respuestas to “Obras son amores y no buenas razones”

  1. Hola Carmen; siempre he admirado al personal educativo que compone una escuela, ya que para manejar a tantos alumnos y a veces tener que aguantar algunos padres hay que tener más paciencia que el santo Job, y armarse de paciencia.
    He estado leyendo la entrada anterior, y también estoy de acuerdo que siempre los padres tendremos que imponer un terreno para  nosotros y otro para los hijos, sin traspasar esa frontera, pero nunca podremos, ni deberemos ser "colegas" de nuestros hijos, simplemente porque no és lo mismo la mentalidad de un adolescente que la de una persona madura, y cómo personas maduras nuestra obligación és marcarles unas pautas de disciplina. Un fuerte saludo.

  2. Me das mucha envidia, estoy loca por veros!santi, envidio tu suerte, por la ilusión, las ganas, el empuje, que se tiene cuando empiezas una aventura asíCarmen, quien lo pillara!

  3. Núria, sin duda quién pudiera tener esa ilusión, ese empuje y esa energía. Nosotros también tenemos ganas de verte. Espero que entre eso y las fotos te hayas podido hacer una idea del acto. He intentado ser objetiva y comedida, ¿no?

  4. Parece que lo pasaste bien y me alegro, sabes, según leia era como si te viera alla con una sonrisa enorme dirigida a tu amigo… queda perfectamente reflejado el afecto que sientes hacia el.
    Un besoteeeeeee

  5. Jejeje, si son mias Carmen, todas toditas, el sábado descarge la cámara en el Zoo de Barna y algunas en la Ciudadela, pero no es que yo sea buena, que va, si soy una novata total, lo que sucede es que los animales se prestan mucho, la pena fue que estaban todos bastante gansos, vamos aprovechando el sol, durmiendo a pierna suelta sobre todo los felinos, con los que mas disfruté fue con esos enanitos que se aguantan con sus piernas traseras sentaditos, oye que graciosos son los jodios, pasé un rato allá mirándolos divertida, y a los que mas fotos les hago es a los patos y las ocas, son geniales, salen súper bien, no sé si es por el agua o por su parsimonia o la suavidad con la que se deslizan (nadan)…pero desde luego son los perfectos modelos…tengo un buen montón de fotos solo de ellos…
    Me alegro que te gusten…
     
    Besosssssssssssssss

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